internet-contactoRevolución Internet

Internet ha revolucionado todos los principios de funcionamiento de la edición científica que han regido siglo tras siglo la calidad y la integridad, así como el acceso a los conocimientos. Desde hace cerca de cinco años, un amplio debate se da no sólo en el mundo de los editores, sino también en el de los actores de la comunidad científica, todos concernidos por el cambio digital.

cc-copyrightEl primer nivel de la comunicación científica es el de la divulgación inter pares de los conocimientos. Esta es la piedra angular sin la cual es imposible el avance de la ciencia. Originados en el siglo XVIII, los usos y las costumbres particulares que han forjado la validación de los conocimientos han tenido antes que nada el objetivo de asegurar una garantía de integridad y de calidad bajo la forma de un sistema bastante único de cooptación democrática. El peer review (la revisión paritaria) —la relectura por pares independientes, habilitados a dar su autorización para la publicación de las actas de investigación en las revistas disciplinarias— constituye la piedra angular del funcionamiento de la ciencia.
biblioteca-con-librosAl principio, la edición de revistas especializadas fue desarrollada por actores de la comunidad científica, en numerosas universidades y sociedades científicas. Esta producción de publicaciones por los que denominamos Learned Publishers (editores sabios) sigue ocupando un lugar importante. Este sector, autónomo, funciona bajo el principio del not-for-profit (sin ánimo de lucro). Esto no impide el poder obtener beneficios a veces muy grandes, ya sean reinvertidos en actividades editoriales (por ejemplo, para el desarrollo del acceso en línea) o para la financiación de otras necesidades de las instituciones académicas de las que emana.
Paralelamente, a partir de principios del siglo pasado, algunos editores profesionales han ido creciendo siguiendo el modelo comercial clásico del for-profit (con ánimo de lucro). Algunos han adquirido una amplitud considerable, como por ejemplo el grupo neerlandés Reed Elsevier. Este gigante es hoy en día el editor científico más importante, con el 28 % del mercado mundial. Algunas otras casas comerciales poderosas que entraron hace décadas en esta actividad —como Springer (Alemania), Wolters Kluwer (Países Bajos),Thomson Scientific (Estados Unidos), Blackwell Publishing y Taylor & Francis (Reino Unido), etc.— poseen los dos tercios de la difusión mundial de los conocimientos; el resto está compuesto por editores sin ánimo de lucro.
La ciencia se fundamenta en un doble principio de universalidad y de libertad de iniciativa y, tradicionalmente, los dos sectores con y sin ánimo de lucro cohabitan de forma sutil. Este último sector, que reúne las actividades de edición patrocinadas por las instituciones académicas y científicas, está representado y apoyado principalmente por The Association of Learned and Professional Society Publishers (ALPSP), nacida en el Reino Unido. Esta organización de funcionamiento probado se enfrenta hoy en día con dos fenómenos de distinto tipo. Por un lado, bajo el efecto de la inflación de la actividad editorial y de su coste, relacionada con el aumento exponencial de los conocimientos, se está observando una saturación del poder adquisitivo de las bibliotecas científicas públicas de las universidades y de los grandes centros de investigación.
Por otro lado, accceso-abierto-1Además, desde hace poco menos de una década, algunos grupos muy activos de investigadores militan por un acceso no solamente libre, sino también gratuito. En última instancia, esta conjunción de una asfixia económica y del cambio digital interpela también a los poderes públicos y, más allá de ellos, a la sociedad. ¿No es esta última la que proporciona el carburante financiero necesario para la ciencia? ¿Y no tiene derecho a participar como contrapartida en el debate sobre esta nueva situación del acceso a los conocimientos?