Una entrevista con el Dr. Daniel Pauly

En su nuevo libro “Vanishing Fish: Shifting Baselines and the Future of Global Fisheries”, el Dr. Daniel Pauly se basa en su prolífica carrera de décadas como biólogo pesquero, profesor de UBC, y escritor para ofrecer una crítica aguda y estimulante de la pesca industrial global.
El libro tiene cómo objetivo el sistema fuertemente subsidiado por las ganancias a corto plazo, que parece estar listo para sacrificar su propio futuro y el futuro de los océanos. Pero Pauly también ofrece una manera para cambiar la situación.
El medio Watershed Sentinel (WS) habló con Pauly sobre Vanishing Fish.
WS: En tu libro, muchos de tus puntos son consecuencia de lo que llamas la tríada tóxica…
DP: Estas son tres características importantes de las pesquerías modernas: no sabemos realmente que capturan, que pescan en exceso y que se ignora la ciencia.

No saber lo que pescan tiene que ver con la pesca ilegal. También, esto tiene que ver con la gran diferencia entre la pesca industrial y la pesca artesanal y de subsistencia,que es la base de gran parte de la seguridad alimentaria en el Pacífico Sur, el Caribe, África Occidental y también en algunos lugares de Asia.

En todos los países del mundo, esencialmente, las pesquerías a pequeña escala son ignoradas. También se ignoran los peces que no son comercializados o son descartados, debido a que oficialmente, aquellos peces son capturados ilegalmente.

El segundo elemento, la sobrepesca, se ha enmascarado durante mucho tiempo a nivel de alguien que va al supermercado para buscar pescado. Donde alguna vez compró pescado local, ahora obtiene pescado importado, pero no lo nota en el nivel de consumo, porque el mercado es global. Canadá fue alguna vez un exportador neto de pescado y ahora nos hemos convertido en importadores netos. Grandes mercados como EEUU, Japón y la Unión Europea se han convertido en importantes importadores de pescado. Y eso es, en cierto sentido, similar a cómo externalizamos la fabricación y la contaminación y todo lo demás. También subcontratamos el pescado. Y está bastante claro que no hay suficiente pescado para todos. Algo tiene que ceder, y esa es la seguridad alimentaria de los países en desarrollo.

La tercera etapa de esta tríada es que se ignora la ciencia pesquera. Canadá da el mejor ejemplo, con la fiebre del oro por el bacalao en Newfoundland y Labrador. Los científicos decían: “Oye, esta pesquería está en problemas, retrocedamos un poco”, fueron totalmente ignorados. Y sin embargo, las señales eran claras, en retrospectiva. Las personas en los puertos, los pescadores de pequeña escala que tienen que ir veinte, treinta kilómetros fuera, pueden ver sus capturas disminuir a nada.Pero las grandes operaciones no vieron disminuir las capturas debido a que podían seguir a los peces remanentes hasta donde hiban.

En todos los países, usted tiene la situación donde la industria tiene acceso a los ministros, los políticos, los encargados de formular políticas y pueden influir en ellos para continuar pescado y les otorguen subsidios. Entonces ellos continúan acumulando dinero y sobreexplotando un recurso que en realidad no es suyo, y lo eliminan… Las pesquerías es un bien público que en la mayoría de los países se asigna a la industria pesquera. Si ellos tuvieran que pagar la renta, o al menos no recibieran subsidios, ellos no podrían sobrepescar en la forma en que lo hacen.

¿De dónde viene esta influencia política, considerando que en las economías avanzadas, la pesca representa tan poco del PIB?
Creo que proviene de la percepción de que los pescadores son “hombres reales”, personas que desafía el mar y toman riesgos y desafían los elementos y esas cosas. Cosas como el programa de televisión Deadliest Catch.

Correcto, hay un cierto tipo de arquetipo de “pescador audaz”.
Eso es correcto. Y lo que no se percibe es que los pescadores toman riesgos, pero toda su operación es en beneficio de los accionistas que se sientan con seguridad en sus hogares. De estas grandes compañías, los accionistas no están pescando, simplemente van al banco y obtienen el rendimiento de las acciones. Esta es solo otra industria para ellos, como la minería y la farmaceútica, en que ellos invierten. No les importa nada lo que sucede en el mar.

¿No tiene la industria alguna previsión? Parece idiota no planear a largo plazo
Si usted es capitán de esta industria, tienes ganancias trimestrales que debes cumplir. Y tengo la impresión de que hoy en día, las grandes corporaciones son aún más miopes. Ellos esperan rendimientos muy alto a corto plazo. Y en el momento en que ellos no puedan obtener esos retornos, transfieren sus activos a otra empresa.

En el libro hablas sobre cómo han brotado los negadores de la pesca, y trazas paralelos entre ellos y los negadores del cambio climático.

No menciono nombres, pero Washington está lleno de ellos. Ellos son pagados por la industria para decir que todo está bien. Me he encontrado con esa situación muchas, muchas veces. Esencialmente, ellos son los piratas de la industria.

Esto suena similar a otras industrias extractivas, donde hay una red de investigadores, o como quiera llamarlos, que ayudan e incitan al modelo extractivo.
El resultado es que los pequeños pescadores son expulsados, porque solo los grandes pueden permitirse el lujo de estos grupos de presión y científicos. Con el calentamiento global, el resultado es que no hacemos nada al respecto, debido a que empeora cada vez más. En la pesca es similar.

Entonces, ¿Cuáles son algunas cosas clave que se pueden hacer al respecto?
Está bastante claro que el problema en su conjunto puede estar relacionado. En la pesca, si no tuviera subsidios o subsidios mínimos, gran parte de la sobrecapacidad del exceso de las embarcaciones podría declinar.

Básicamente, las personas necesitan elegir políticos que no estén en deuda con las grandes empresas. En la actualidad, se habla mucho sobre lo que podemos hacer como consumidores. Pero en realidad, lo que podemos hacer como ciudadanos es más importante. Si la gente le dice que el mercado va a resolver todos los problemas, está mintiendo. Después que has cumplido tu deber como ciudadano y hayas votado, puede presionar el botón de “culpa”: es moralmente culpable, si tu comes este pescado o ese pescado. Esto funciona, pero solo con tus amigos. Y funciona solo en un contexto limitado. La culpa no funciona realmente, pero la vergüenza si… Aún las empresas sin conciencia quieren causar buena impresión, y ellos no quieren perder. Entonces lo que los ciudadanos pueden hacer, además de votar, es involucrarse en la sociedad civil, y unirse a ONGs.

En ese contexto, ¿Hay algún motivo para preocuparse por los diferentes esquemas de etiquetado para los productos pesqueros inocuos?
Creo que las personas que viven en la parte continental inferior están relativamente bien atendido por el océano. Es un buen paso, obviamente la gente debería comer lo correcto, pero en nombre de dios, eso no es suficiente. No cambias el mundo a través de tu estómago.

¿Hay un papel para la que la acuicultura resuelva parcialmente este problema?
Si y no. La acuicultura consiste en dos actividades fundamentalmente diferentes: criar carnívoros y criar animales que comen materia vegetal, o que no tiene que alimentarse. Si cultivas mejillones, ostras, almejas o carpas en agua dulce, no los alimentaras. Esto se suma al abastecimiento de alimentos para las personas.

Si, por otro lado, crías carnívoros (salmón y lubina, por ejemplo), debes alimentarlos con otros peces. Estos otros peces pueden ser consumidos directamente. Esta forma de acuicultura no suma al abastecimiento de pescado que tenemos. Solo la cría de herbívoros lo hace, y en realidad es la mayor parte de la acuicultura mundial, en Asia, principalmente en China y en otras partes del mundo. Pero en Europa y América del Norte, la acuicultura casi siempre es salmón, y el salmón tiene que alimentarse con piensos que contienen otros pescado. No hay ganancia neta. Si produces salmón, tu solo comes pescado, no produces pescado.

¿Cómo encajan las reservas marinas en esto, son una solución?
Las reservas marinas son un componente absolutamente necesario para garantizar la sostenibilidad y la abundancia de la pesca. Porque esencialmente, hay algunos peces que son muy sensibles a cualquier tipo de pesca. No deberíamos pescar en todas partes. Por lo tanto, si queremos mantener, por ejemplo, esturiones que viven más de 100 años, no se pueden pescar como si fueran sardinas. Lo mejor es dejarlos solos.

Usted habla en su libro sobre una desconexión entre biólogos marinos y legisladores…
Básicamente, no existe una conexión directa entre la ciencia y la administración, y los legisladores. Cuando trabajaba en el mundo tropical, pensé que esta era una característica de los países en desarrollo y en que los países avanzados había una mejor conexión. Pero cuando vine a Canadá, estaba realmente decepcionado. La catástrofe con el bacalao del Atlántico se debe a que la política determinó la cantidad de pesca. Se suponía que los científicos debían justificar las políticas establecidas por razones políticas. Este estado de cosas lleva a una acción después de que se elimine la otra. Lo que descubrí es que la única forma de llamar la atención de los responsables de la formulación de políticas es trabajar a través de las ONG. Debido a que las ONGs tienen influencia política, donde temas como la sostenibilidad, las áreas marinas protegidas, las especies en peligro de extinción, etc., pueden discutirse y presentadas al público, y luego se vuelven relevantes, porque (el estado) no escucha, realmente, a su propios científicos.

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